1. LECTURA ANTICIPADA:
A. Se presentarán los siguientes títulos y de cada uno, conteste los siguientes interrogantes:
- ¿De qué se trata el texto?
- ¿Cómo construirías el texto?
- ¿Cuál sería un texto periodístico y por qué?
- ¿Cuál podría ser un texto argumentativo y por qué?
- ¿Cuál podría ser un texto narrativo y por qué?
- El título que te sobró, ¿Podría ser un texto descriptivo, por qué?
Títulos a desarrollar:
1. Cómo nace un texto.
2. La mujer tigre.
3. En el Reino de lo fantástico.
4. Identifican en Egipto la momia de la Faraona Hachepsut.
B. Se te presentarán algunos párrafos de los títulos que se están trabajando. Debes identificar a qué título corresponde el párrafo.
Párrafo 1: Ella tiene demasiado olfato como para dejarse sorprender en una página. Haría falta una novela, quizás varias, para poder albergar la esperanza de que bajase la guardia por un instante, en mitad de algún párrafo (...).
Párrafo 2: Además de las pruebas de ADN, el examen de un cliente hallado en un relicario que contenía algunos de los órganos embalsamados de la reina fue decisivo para la identificación (...).
Párrafo 3: Empieza por una suerte de revelación. Pero uso esa palabra de un modo modesto, no ambicioso. Es decir, de pronto sé que ca a ocurrir algo y eso que va a ocurrir puede ser, en el caso de un cuento, el principio o fin.
Párrafo 4: La literatura de Borges simboliza la literatura de la fantasía como un recurso de la inteligencia, en que ordena sus planteamientos dentro de un criollismo que sólo tenía su interpretación a través de lo metafísico, de aquello que escapa a una explicación común y coherente para conducirnos a un total escepticismo.
Busca el significado de las palabras desconocidas.
2. ARTICULACIÓN DE INFORMACIÓN DE UN TEXTO:
Ordene los cuatro párrafos según los siguientes criterios:
- El primer párrafo es correcto.
- El esquema de la lectura es: El encuentro, la descripción de la mujer tigre, intención de escribir sobre ella y, la relación entre la mujer tigre y el escritor.
LA MUJER TIGRE
1. Ha olido cómo me acercaba y se ha dado la vuelta. Intento hacerle ver que no estoy interesado
en ella, pero siempre he sido un alcornoque fingiendo. Ella se lame las muñecas y los antebrazos.
Me vigila con recelo. Se incorpora de pronto, de un golpe de omóplatos, y se pasea en
círculos alrededor de mí. Quisiera aprovechar sus movimientos para hacerle una foto o escribir
unas líneas, cualquier cosa que me vuelva útil en esta escena. Enseguida se aburre de asediarme
y da unos cuantos pasos en dirección al borde. Se me va de la página. Es inquieta.
El hambre, algunas veces, la obliga a acercarse con encantador disimulo y relamerse. Si todavía no me ha atacado es porque, de momento, le agrada esto que escribo, o al menos le hace gracia a su coquetería. Por mi parte, estoy dispuesto al sacrificio: la supervivencia es tan mediocre... Sé bien que le importo poco, que para ella soy, básicamente, un curioso trozo de carne. Aunque también sé que, si transcurre un par de días sin que nos veamos, ella busca cualquier pretexto para regresar y rondar mi cuento. Incluso a veces me hace el honor y decide afilarse las uñas delante de mis ojos, frotándolas contra un árbol con una lentitud exquisita. Otras veces he notado cómo se demoraba al marcharse, mientras dibujaba hipnóticas ondas con su cola manchada. Y aún más. Estoy seguro de que en su guarida de fiera inconmovible, en las noches de luna clara, se siente sola. Y de que a veces, también, hace un esfuerzo y me recuerda.
Ella tiene demasiado olfato como para dejarse sorprender en una página. Haría falta una novela,
quizá varias, para poder albergar la esperanza de que bajase la guardia por un instante,
en mitad de algún párrafo. Pero para hacer eso necesitaría estudiarla durante años. Al fin y al
cabo, todo consiste en engañar al tigre.
No hay nada más espléndido que las manchas color albaricoque de su cuello, que se estira y se pliega cuando atisba los flancos. Hace tiempo que la estudio y, de momento, lo único que he conseguido averiguar es que duerme por la tarde, se pierde por las noches y se asoma de este lado sólo al mediodía, cuando el sol le acentúa las franjas del lomo y enciende sus pupilas piedra pómez. Desde el día en que la encontré, distraída, clavándose un colmillo en el labio con delicadeza, no he dejado de imaginar la cacería. ¿Quién cazaría a quién? Desde luego su boca promete el vértigo, la sangre, el rito de la muerte ágil. Mi arma es esta pluma: suficiente al menos, para sucumbir con dignidad. Ese temblor del costado, de las rayas de su vientre al respirar, me salpica la vista, me obsesiona. Su dulce rugir de pequeña catarata me persigue cuando sueño. Al despertar, en cambio, sueño con perseguirlo.
Tomado de: Neuman, Andrés, La mujer tigre En: http://www.barcelonareview.com/22/s_an.htm
Conteste las siguientes preguntas:
1. ¿De qué se trata el texto?
2. ¿Qué personajes hay en el texto?
3. ¿Quién es la mujer tigre? ¿A qué hace referencia el autor con este personaje?
4. Describa a una mujer tigre en el contexto en que habitas.
5. Según el contexto en que se encuentra las palabras, escriba el significado de:
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